• jueves, 10 de septiembre de 2009

    Tabú

    El ángel de la guarda le susurra a Fabián, por detrás del hombro: -¡Cuidado, Fabián! Está dispuesto que mueras en cuanto pronuncies la palabra zangolotino.
    -¿Zangolotino?- pregunta Fabián azorado.
    Y muere.


    E. Anderson Imbert

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