
2º C
Somos así, los libros que hemos leído. O somos, de lo contrario, el vacío que la ausencia de los libros ha abierto en nuestras vidas. ( Tomás Eloy Martínez)
Estimada Cristina:
Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invita a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial. A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario (...) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal. Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú. Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo. COSAS QUE DESEO CONSERVAR: - La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina. –El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra. - El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar. - La mancha de rimel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos. - La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho. - El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor. - Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres. - Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. (También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti). COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ: - Los silencios. - Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina. - El sabor acre de los insultos y reproches. - La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío. - Las nauseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa. - El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él. - Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle. - Jorge y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener. Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc) solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:... Objetos. Por último, recordarte el n º de teléfono de mi abogado (.......) para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento. Afectuosamente, Roberto. ---
NOTA: Ganadora del III Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor. Si deseas reenviarlo, no modifiques ni borres, hazlo tal cual lo recibes.
No: se convirtió en “un monstruoso insecto”. Es cierto que la descripción que hace Kafka sugiere una vaga idea de una cucaracha y, de hecho, existe la tendencia a identificar a Gregorio Samsa con ese insecto. Hay hasta un blog llamado La cucaracha de Kafka.
La palabra cucaracha no aparece explícitamente en ninguna parte de La metamorfosis. Por otro lado, el insecto descrito tiene unas manchas blancas en la espalda, característica que nunca he visto en estos insectos. Aunque, claro, con más de 3.000 especies es probable que alguna tenga esos puntos. La descripción exacta del insecto kafkiano aparece en el primer párrafo:
Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza, veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos.
Samsa realmente se convirtió en un escarabajo. Claro que tampoco la palabra escarabajo aparece en el texto de Kafka, por lo que es preciso recurrir a la opinión de un experto, en este caso un experto en entomología y literatura, Vladimir Nabokov:
La cucaracha es un insecto plano de grandes patas y Gregor es todo menos plano: es convexo por las dos caras, la abdominal y la dorsal, y sus patas son pequeñas. Se parece a una cucaracha sólo en un aspecto: en su color marrón. Aparte de esto, tiene un tremendo vientre convexo, dividido en dos segmentos, con una espalda dura y abombada que sugiere unos élitros. En los escarabajos, estos élitros ocultan unas finas alitas que pueden desplegarse y transportar al escarabajo por millas y millas de torpe vuelo. Aunque parezca extraño, el escarabajo Gregor no llega a descubrir que tiene alas bajo el caparazón de su espalda (ésta es una observación que quiero que atesoreis toda vuestra vida. Algunos Gregorios, Pedros y Juanes, no saben que tienen alas).
Fuente: Jorge Letralia
(jorgeletralia.blogsome.com)
Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores blanquísimos
donde se juegan las fuentes de la luz,
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz,
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago y cintas que
dormían en la lluvia.
No quiero que tengas una forma, que seas precisamente lo que
viene detrás de tu mano,
porque el agua, considera el agua, y los leones cuando se disuelven
en el azúcar de la fábula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada,
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo,
pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo lacio,
esa sonrisa.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino es también la luna y el espejo,
busco esa línea que hace temblar a un hombre
en una galería de museo.
Además te quiero, y hace tiempo y frío.
Ultimo Round, 1984.
1 - Nadie verdaderamente grande ignora su propia pequeñez.
2 - El pasado y el futuro son los peores enemigos del presente. Y al mismo tiempo, los únicos capaces de darle algún sentido.
3 - En el dolor nos hacemos. En el placer nos deshacemos.
4 - ¿Qué es el hombre?: hambre de hembra.
5 -¿Y la felicidad? Un sentimiento de plenitud, cuyos rasgos salientes son su escasez y la abundancia sin fin de asuntos que pueden motivarlo.
6 - Podemos adquirir experiencia, conocimiento, información. Y, acaso, hasta sabiduría. Pero la juventud sólo podemos perderla.
7 - Hablar de sociedad comunista próspera es una contradicción en los términos. Pero así lo creyó el señor Marx, un santón cuyos feligreses compiten con los seguidores de
8 - ¿Hay algo más irreal que la realidad?
9 - El anhelo, esa incierta nostalgia por aquello que desconocemos.
10 - El olvido, siempre ausente. Y siempre presente. Como ese largo letargo de lagartos en Galápagos. ©