Anillero y desanillador

Las labores de anillero y desanillador, aunque no lo crea, van, como quien diría, "de la mano". El anillero dedica su tiempo a averiguar a quién se le ha perdido un anillo. Para eso preguntará a conocidos, desconocidos y gente por conocer. Una vez encontrado el sujeto (tarea no muy difícil, ya que a todos se nos ha perdido alguna vez un anillo) habrá de emprender su búsqueda recolectando datos sobre su paradero, y siguiendo las pistas obtenidas hasta dar con él. Es también gran parte de su trabajo hacer este proceso, pero a la inversa: primero busca algún anillo sin dueño, es decir, perdido por alguien es muy importante no contar con los que están en las joyerías, ya que éstos AÚN no se les han perdido a nadie). Una vez que tenga un anillo perdido en su poder, deberá hacer intervenir a un equipo complementario de científicos que lo ayudarán a obtener huellas digitales y demás datos del posible dueño. Una vez encontrado el mismo a partir de una base de datos del anillero, se busca al sujeto y se le devuelve el anillo.

Por su parte, la tarea del desanillador es un tanto distinta, ya que no intervienen anillos perdidos ni gente que los ha extraviado, sino gente que los tiene en su poder, y digamos claro, quiere sacárselo de encima. Si Ud. tiene un anillo que no le sale del dedo, llame a un desanillador, siempre y cuando no haya podido sacárselo previamente, ya que a los desanilladores les molesta, por lo general, la gente que los llama "al divino botón". Un desanillador cuenta con todo un armamento preparado para sacarle su anillo sin hacerle daño. No les tenga miedo, ya que para recibirse de desanillador deben contar con una experiencia no menos de 25 anillos atascados.

Para finalizar, téngase en cuenta que un anillero puede realizar el trabajo de un desanillador, y viceversa, pero siempre es más recomendable llamar a cada cual para la tarea a la que se dedica.

María Arismendi Díaz
1º A