• sábado, 11 de octubre de 2008

    La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada.


    Amada Eréndira:
    Espero que este emisario pueda encontrarte, ya que no aguanto la ansiedad de decirte estas palabras. Todo este tiempo he vivido en la incertidumbre de no saber dónde ni cómo estás, ni si te volveré a ver algun día. Necesito hablar con vos. !Tengo tantas cosas que preguntarte! no puedo comprender por qué me abandonaste, por qué te fuiste después de que yo hice todo por liberarte d etu abuela, por intentar hacerte feliz, porque olvidaras tu desdicha. ¿Es que ya no me amas? ¿Me usaste? ¿Conociste a alguien más? Por favor si la recibes, responde esta carta, necesito saber la razon de tu abndono. Por mi parte, sigo amándote como el primer día.
    Por siempre tuyo,
    Ulises.


    María Arismendi
    1º A

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