Una mañana, al despertar de un sueño intranquilo, me encontré transformada en una flor. A decir verdad, una hermosa y rosa flor. Me encontraba en un jardín en el cual los perfumes a rosas y claveles abundaban, los pájaros cantaban, y el olor a lluvia se acercaba, la veía venir. Al día siguiente, mojada por sus gotas, sentí un placer maravilloso que para ser sincera me hacía sentir mejor que cuando era una persona. Muy aliviada por eso y casi convencida de ser feliz, pude completar mi alegría cuando una tarde una tierna pareja se acercaba hacia mí. Fue cuando el chico me arrancó de la raíz y me entregó a su novia; y al ver la alegría en los ojos de la mujer me sentí completamente realizada.
Mister Escritora
2º c
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