Una mañana al despertar de un sueño intranquilo, me encontré transformada en mamá. Desperté y vi un moisés con un bebé al que llamaba Gabriel. No entendí qué pasaba si ayer era una adolescente y hoy era madre. Comprendí entonces que no podía volver a ser yo. El bebé comenzó a llorar, lo saqué el moisés y empecé arrullarlo; lo miré fijamente y vi en el un amor incondicional. Miré a mi alrededor y me no había nadie más, sólo yo y mi hijo.
Melina
2º C
1 comentario:
la verdad q m sorprendiste melina, tal vez tenga una cierta simplicidad tu narración, pero tiene bastante fuerza, poder, no sé cómo llamarlo.
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